La iniciativa, liderada por la Facultad de Ciencias de la Salud y el Instituto de Estudios Políticos de este centro de educación superior, contó con el apoyo del Instituto de Salud de Bucaramanga (ISABU) y del Restaurante ‘Sabor Aquí’.
El pasado sábado 30 de septiembre la Unidad Materno Infantil Santa Teresita (UIMIST), localizada en el barrio San Francisco, fue el escenario en el que centenares de ciudadanos del vecino país residentes en esta capital, se dieron cita desde tempranas horas de la mañana para beneficiarse de la jornada gratuita de atención en salud.
La gran afluencia de venezolanos a las puertas de la sede del UIMIST comenzó a registrarse desde las 3:00 a.m. “Esperábamos un aproximado de 400 venezolanos y llegaron más de 2.000, todos con un cuadro de salud muy precario y demandando servicios”, reveló Luis Eduardo Moreno, Coordinador de Salud Pública de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UNAB y líder de esta jornada.
Dos consultorios habilitados y un despliegue humano que abarcó 20 profesionales, en sus diferentes especialidades, hicieron parte de esta actividad en la que se prestó atención en enfermería, vacunación, citologías, consulta por médico general y consultas especializadas en las áreas de pediatría, ginecología, medicina interna, oftalmología y odontología. A esto se le sumó la entrega de ayuda humanitaria representada en donaciones de ropa, artículos de aseo, medicamentos y hasta mercado.
Mujeres gestantes, niños y adultos mayores fueron a los que se les dio mayor prioridad por ser la población más vulnerable. Para Moreno se trató de una jornada satisfactoria debido a que de 400 personas que esperaban lograron atender 600, pero aun así lamentó “haberse quedado cortos porque no pudimos atender la necesidad que tienen todos nuestros hermanos venezolanos”.
Las gracias a Bucaramanga
Expresiones de agradecimiento se escucharon en pasillos y consultorios. Es el caso de Vicyudimel Ramones, con seis meses de embarazo y una niña de tres años. Esta joven venezolana de 26 años no tiene más de 12 meses de haber llegado a la ‘ciudad bonita’ y aseguró que tras esta brigada se iba aliviada a su casa. “Me chequearon mi tensión, me dieron vitaminas y hasta me llevo un mercadito, además, ahora podré regresar y hacerme mi control prenatal acá, estoy muy agradecida”, afirmó.
La gratitud es también la historia del día para la familia Henriquez Álvarez, quienes acudieron a la jornada de salud para acceder a una consulta odontológica. “Llegamos hace dos años a Colombia y ha sido difícil. Al principio mi esposo y yo dormimos por seis meses en el piso, y nuestros dos hijos en una colchoneta que compramos, a Dios gracias hoy estamos muy bien y esta es la primera vez que venimos a una brigada de salud”, contó Adrilina quien, junto a todo su combo familiar, lució una camisa con la bandera de Venezuela.
Un problema de salud pública
Para los profesionales de la salud que se hicieron partícipes en este ejercicio de responsabilidad social de la UNAB para inmigrantes dejó en relieve una gran problemática social. “Pudimos evidenciar que es numerosa la cantidad de venezolanos que están en esta ciudad y la gran mayoría tiene una situación migratoria no resuelta, por lo tanto no tienen acceso a nuestro sistema de salud, lo que se nos convierte en un problema de salud pública”, advirtió Luis Eduardo Moreno, coordinador de la jornada, en compañía de Margaret Hernández, Coordinadora de Enfermeras del ISABU-UIMIST.
La misma inquietud fue replicada por el doctor Rafael Pérez Rincón, médico docente de la facultad de Ciencias de la Salud del área de Salud Pública y Coordinador de Servicios Docentes Asistenciales de la UNAB ante el ISABU, quien destacó que este primer ejercicio seguramente deberá repetirse porque “se nos desbordó”.